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Materiali per Operatori del Benessere Immateriale
TENER Y SER
Erich Fromm

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INTRODUCIÓN: LA GRAN PROMESA, SU FRACASO Y NUEVAS OPCIONES EL FIN DE UNA ILUSIÓN
La gran promesa de un Progreso Ilimitado (la promesa de dominar la naturaleza, de abundancia material, de la mayor felicidad Para el mayor número de personas, y de libertad personal sin amenazas) ha sostenido la esperanza y la fe de la gente desde el inicio de la época industrial. Desde luego, nuestra civilización empezó cuando la especie humana comenzó a dominar la naturaleza en forma activa; pero ese dominio fue limitado hasta el advenimiento de la época industrial. El progreso industrial, que sustituyó la energía animal y la humana por la energía mecánica y después por la nuclear, y que sustituye la mente humana por la computadora, nos hizo creer que nos encontrábamos a punto de lograr una producción ilimitada y, por consiguiente, un consumo ilimitado; que la técnica nos haría Omnipotentes; que la ciencia nos volvería omniscientes. Estábamos en camino de volvernos dioses, seres supremos que podríamos crear un segundo mundo, usando el mundo natural tan sólo como bloques de construcción para nuestra nueva creación.
Los hombres y, cada vez más, las mujeres tenían un nuevo sentimiento de libertad; se convertían en amos de sus vidas: las cadenas feudales hablan sido rotas y el individuo podía hacer lo que deseara, libre de toda traba, o así lo creía la gente. Aunque esto sólo era verdadero en relación con la clase alta y la media, sus logros podían hacer que los demás tuvieran fe en que posteriormente la nueva libertad llegaría a extenderse a todos los miembros de la sociedad, siempre que la industrialización continuara progresando. El socialismo y el comunismo rápidamente cambiaron, de movimientos cuya meta era una nueva sociedad y
un nuevo hombre en movimientos cuyo ideal era ofrecer a todos una vida burguesa, una burguesía universalizada para los hombres y las mujeres del futuro. Se suponía que lograr riquezas y comodidades para todos se traduciría en una felicidad sin limites para todos. La trinidad "Producción ilimitada, libertad absoluta y felicidad sin restricciones" formaba el núcleo de una nueva religión: el Progreso, y una nueva
Ciudad Terrenal del Progreso remplazaría a la Ciudad de Dios. No es extraño que esta nueva religión infundiera energías, vitalidad y esperanzas a sus creyentes.
Lo grandioso de la Gran Promesa, los maravillosos logros materiales e intelectuales de la época industrial deben concebirse claramente para poder comprender el trauma que produce hoy día considerar su fracaso.
La época industrial no ha podido cumplir su Gran Promesa, y cada vez más personas se dan cuenta de lo siguiente:

  • La satisfacción ilimitada de los deseos no produce bienestar, no es el camino de la felicidad ni aun del
    placer máximo.

  • El sueño de ser los amos independientes de nuestras vidas terminó cuando empezamos a comprender que
    todos éramos engranes de una máquina burocrática, y que nuestros pensamientos, sentimientos y gustos los
    manipulaban el gobierno, los industriales y los medios de comunicación para las masas que ellos controlan.

  • El progreso económico ha seguido limitado a las naciones ricas, y el abismo entre los países ricos y los
    pobres se agranda.

  • El progreso técnico ha creado peligros ecológicos y de guerra nuclear; ambos pueden terminar con la
    civilización, y quizás con toda la vida.

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